12 de julio de 2011

Porque cuando uno ama, vence al miedo: Facundo Cabral

"Bombero, bombero, yo quiero ser bombero". Esa fue la primera canción que escuche de Facundo Cabral. Era mi primer viaje a Colombia, hace ya siete años. Me llamó la atención la sencillez, la ternura y la graciosa manera de transmitir de una manera tan simple verdades tan existenciales desde una canción que era casi un estribillo de niños.

Después fue "Este es un nuevo día". Lo escuché de un entusiasta jesuíta con acordeón de por medio. Luego "No soy de aquí ni soy de acá", en un momento en que evaluaba la posibilidad de volver nuevamente a Lima. Por último, cuando despedíamos a una amiga, otro amigo le dedicó la canción "Cuando un amigo se va".

Creo que las canciones de Facundo se fueron cruzando en los últimos años de mi vida, tanto como Colombia. Quizá por eso sus letras, sus chistes y sus canciones generen en mí las más diversas emociones. Tratar de vivir la vida con intensidad, descubrir el misterio y la gratuidad de la vida, sentir las partidas y los fines de historias, descubrir eso que alimenta y da fuerza para el futuro. Ver a Dios con ternura. Encontré en las letras del maestro Facundo todas esas cosas que busco y que siento relevantes para la vida, para mi vida.

Un hombre que desde su canción supo transmitir su propia experiencia de vida, quiza por eso sus letras son tan vitales. Descubrir el valor del perdón como receta para limpiarse y volver a ver la vida con ojos de fe y esperanza. Seguir gritando a la vida que vale la pena seguir viviendola, descubrir que incluso la adversidad es gratuidad. Cantarle a la paz, a la esperanza. Profundidad y sencillez. De esas personas que son capaces de descubrir lo sencillo de la vida, un vaganbundo "first class" como él mismo se definía. Temporalidad, pero también, humor...Porque cuando uno ama, vence al miedo.

Paradógico que alguien que cantaba a la vida fuera asesinado de esa manera.Tal vez Facundo hubiera querido que viéramos su muerte de otra manera. En esa Centro América de Romero, en esa Guatemala de Gilardi, en una zona marcada por las heridas de muchos años de conflito interno, con un racismo frente a los indígenas que uno se sorprende. Supongo que en medio de la desgracia, Facundo se fue con esa paz y tranquilidad de quien no le teme a la muerte...porque cuando uno ama, vence al miedo.

Probablemene nos interpelaría, al estilo de un Jesús moderno. Recuerdo una entrevista cuando un periodista le preguntaba sobre el hambre y la pobreza. El le respondió: "Yo voy a la India cada cierto tiempo a ayudar a bañar niños con lepra. ¿Vos que haces?".


Facundo se ha encontrado a con ese amor inconmensurable que tanto predicó, y debe estar con su guitarra, sonriendo, con la alegría, y la certeza que de cuando uno ama, vence el miedo, vence la muerte.



Aquí la Primera y Segunda Parte Parte de una entrevista que a uno le llega al alma:




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